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Exposición de Samuel Hereza ‘Bio-lento’

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¿Qué puede hacer un artista en estos tiempos preapocalípticos? ¿Qué puede hacer en esta sociedad de alienados que no leen ni el periódico? ¿Qué puede hacer ante una masa bovina sin gusto alguno? ¿Suicidarse? ¿Drogarse? ¿Vestirse de Gummo rosa y salir a cazar hipsters? ¿Disfrazarse de Bart y cortarse el torso? ¿Viajar en el metro de París con un pasamontañas y una luz azul en la boca? ¿Escribir beefs salvajes en la revista Voluntas contra personajes sospechosos del ámbito cultural?¿Comprarse un conejo muerto en el Mercadona para que sea su hijo? ¿Coserse la boca en directo para no decir más gilipolleces? Samuel hace años que apagó la tele. A pesar de que muchos lo quieren poner a trabajar en la Opel o en el Burger King, él se esfuerza en hacer una obra original y única. El artesano básicamente copia pero el artista crea e innova, produce obras genuinas. Mediremos la calidad del artista en función de su originalidad y fuerza; en su capacidad de deslumbrar al espectador con un lenguaje artístico propio. Samuel Hereza pisa el terreno turbio de la miasma explosiva, nos obsequia con el hedor abstracto de una carne que se retuerce. En sus cuadros refleja el martirio y el sufrimiento inmanente del hombre-rata contemporáneo. La masacre del animal acorralado en las postrimerías de la historia. El planeta se pudre por culpa del hombre, no podemos echar flores a este Homo Sapiens maligno. Samuel lo desfigura, lo acuchilla y tira los restos a los cerdos.

Hereza habita en la transgresión y aunque Zizek nos habla de que el sistema ha fagocitado toda forma de subversión e incluso se alimenta de ella no se puede hacer otra cosa. El artista no puede derribar el sistema aunque la cuestión es intentarlo. Siempre hay una dosis de ingenuidad sin la cual es imposible realizar acto alguno como bien dice el maestro Cioran. En esta exposición Samuel nos inserta en la historia atroz del personaje ultracapitalista Bart Simpson (Braf Simpson). En este 2018 todos somos monigotes amarillos al servicio del marketing y las multinacionales. Samuel pinta el horror para nosotros. Está preparado para ser un ciberpunk, para hackearse el cerebro con algún microchip de Tesla. Muchos en Zaragoza le tienen miedo. Hay algo turbio en este cabrón. Prepárate para perder el sosiego.

Rafael Sanz